Cocinar a baja temperatura

Foto: David Gussoni

¿Por qué es tan interesante cocinar a baja temperatura? En mi opinión, principalmente, porque me gusta variar las recetas. Quien se queje de comer siempre lo mismo, es que no ha pasado por aquí, ¡y nosotros sólo hablamos de carne de ternera! Pero, empecemos por el principio, ¿qué es eso de la cocción lenta? Es preparar la carne con una cocción suave y homogénea a menos de 80 grados. ¿Qué ofrece esta técnica?

  • La posibilidad de convertir piezas grandes en auténtica mantequilla al derretir el colágeno muy despacito.
  • La cocción es muy homogéneo.
  • Además, la carne está muy jugosa porque conserva todos sus jugos. Prácticamente, no pierde agua.
  • Al no sobrepasar una temperatura elevada, no se destruyen las sales minerales y vitaminas.
  • Salubridad, ya que a partir de 60ºC desaparecen las bacterias, microbios y demás
  • ¡Ah! Y no pasa nada si lo preparas para comer y el vermut se alarga un poco ya que 15 minutos más de cocción pasan prácticamente inadvertidos. Y sólo manchas el horno.

Corte y tamaño para cada cocción

Foto: David Gussoni

Si nos conocéis un poco, hartos tenéis que estar de que os recordemos el truco del cm/minutos para hacer la carne en su punto. Ya sabéis, tantos minutos en la plancha (bien caliente) por cada lado como cm tiene la pieza. Es mucho más importante utilizar este baremo que el peso de la pieza, ya que es el grosor el que determina la velocidad con la que el calor penetra en la pieza. Muy bien, queda claro que el tamaño (a lo ancho) importa. ¿Qué hacemos? Adaptar el corte y tamaño de la pieza a cada cocción.

Corta fino para:

  • Escalope: tiene que hacerse rápido y de forma homogénea, cocinándose pero sin que se seque el exterior, así que una vuelta y vuelta rápida hará que quede perfecto.
  • Wok: rápido no, ¡rapidísimo! El secreto para que quede perfecto es cortar la carne casi en lonchas y saltearlo muy rápido.

Corta grueso para:

  • Entrecot. Tiene que dorarse bien pero que quede poco hecha en el centro para potenciar así el sabor.
  • Chuletón, solomillo. Grueso, grueso, de 3 a 5 cm para dejarlo poco hecho, prácticamente crudo en el centro y dorado en el exterior. Si te pasas se seca.
  • Carrilleras, rabo, ragú. Si quieres que la carne se guise despacito y mantenga su terneza, mejor usar cortes anchos que aguanten bien la cocción. También para el morcillo y las piezas que uses para hacer cocido.

¡Ah! Un último consejo: no nos hagas ni caso, si no quieres. Echa un vistazo, escucha, lee, aprende y, por supuesto, prueba. Porque el corte perfecto es el que te guste a ti. Ni más, ni menos.

Rabo de toro casero

Foto y receta: Patty’s Cake

No podía faltar la receta de rabo de toro casero en nuestro calendario 2020 dedicado al cuchareo, a los guisos de carne perfectos para acompañar con una hogaza de pan. En esta ocasión es Patty’s cake la protagonista de nuestra receta del mes ya que, además de regalarnos una deliciosa receta de rabo de toro casero, nos desgrana anécdotas sobre el origen (y otras curiosidades) de este plato tan taurino y rico. Merece la pena echarlo un vistazo, que estas cosillas siempre alegran la mesa, ¿verdad?

Tanto Patty’s cake como el rabo de toro (o de ternera) ya han sido protagonistas de otras recetas del mes. De verdad, hacednos un poco de caso… esta categoría no tiene desperdicio, ¿o esta receta no es un buen ejemplo de ello?

Risotto con Amarone y achicoria

Foto y receta: Dino Joannides, Semplice

Italia es Italia. Sin más. En moda, coches y cocina habrá nacionalidades que lo hagan mejor pero, desde luego, no más bonito. Por si acaso no sabes de lo que estoy hablando, prueba a preparar este risotto de Amarone y achicoria al que, por supuesto, hay que acompañar con mucho parmesano. Hemos encontrado la receta en Semplice y, como está en inglés, además de dejarte el link, vamos a contarlo paso a paso, ¡por si acaso!

Ingredientes para 2-4 personas

Al lío:

Lleva el caldo a ebullición y déjelo hervir a fuego lento mientras se cocina el plato. Corta la mitad de la mantequilla y ponla en el congelador, derrite la mantequilla restante en una cacerola y fríe la cebolla suavemente hasta que se quede blandita, y para cuando comience a dorarse. Agrega ahora el arroz, sube el fuego y revuelve bien.

Añade una copa de vino y sigue moviendo todo a fuego alto hasta que se haya evaporado y repite el proceso con la segunda copa. Baja el fuego a medio-bajo y comienza a agregar un caldo a la vez, mezclando cada adición hasta que se absorba casi por completo. El arroz debe permanecer húmedo y moverse en olas cuando se mezcla, nunca debe volverse seco o pegajoso. Cuando el arroz comience a ablandarse (después de unos 13 minutos, pero compruébalo), agrega el esto del caldo en pequeñas cantidades y pruébalo regularmente hasta que esté a tu gusto

Mezcla ahora la achicoria, añade la mantequilla congelada y ralla unos 60 g de queso parmesano. Ahora viene la mejor parte… mezcla todo hasta que el risotto sea rico y cremoso. Qué pinta… déjalo reposar durante 2 o 3 minutos y sírvelo inmediatamente con el resto del queso raspado en cada porción

Lingote de rabo de toro y patata en su propio jugo

Foto y receta: Tía Alia Recetas

Hay imágenes que valen más que mil palabras, dicen por ahí. No sé si será verdad pero, puestos a exagerar, yo diría que hay imágenes que huelen bien, pero bien, bien. ¿O no te está pasando al ver esta foto del lingote de rabo de toro y patata en su propio jugo de Tía Alia? Yo creo que podría incluso salibar…

Y sí, es cierto que el rabo de toro brilla por su ausencia en los mostradores de las carnicerías, pero el de ternera no es mal sustituto. Y es fácil de conseguir. Así que encárgaselo a tu carnicero de confianza y reserva un rato para preparar esta deliciosa receta. No sé si el resultado será tan sugerente como el que lingote de rabo de toro de Tía Alia, pero estoy segura de que también será de foto.

Por si te sobra un poquillo (que no creo) y quieres probar otras formas de preparar el rabo de toro, no tienes más que cotillear un poco nuestro blog.

Rabo de toro estofado (a la sevillana)

Foto: Luisa Morón

 

Cuando abril abrilea, bien luce la primavera. Sale marzo y entra abril, nubecitas a llorar y campitos a reír. En abril aguas mil, pero eso sí, llueva o truene, a la feria se viene. Abril es mes de refranes y de Feria, así que en homenaje a la fiesta más famosa de la capital andaluza, Luisa Morón nos ha prestado su receta de rabo de toro. Un plato para hacer despacito, en casa, disfrutando del aroma de la buena cocina y (en serio) aprovechar para hacer alguna tareilla más. Sí porque, aunque no lo creas, este tipo de recetas aparentemente elaboradas sólo tienen un secreto: no ser impaciente con su cocción y respetar sus tiempos sin estar pendiente de la cazuela. Y comprar ingredientes de calidad, por supuesto.

Luisa Morón prepara este guiso con rabo o aguja de ternera. Lo hagas como lo hagas, estamos seguros de que va a resultar delicioso. ¡Ah! Y por si acaso necesitas alguna idea más sobre cómo cocinar el rabo de toro, aquí tienes nuestro historial.

Milhojas de rabo de toro y calabaza

Foto: Elle Gourmet

Estos de la revista Elle Gourmet juegan fuerte con recetas como este milhojas de rabo de toro y calabaza. Una capa de patata, otra de calabaza, remolacha y un delicioso rabo de toro macerado durante 24 horas y cocinado a fuego lento más de 4… de verdad, ¿no estáis salivando? El resultado merece la pena…

 

Para 6 personas

Dificultad: alta

Elaboración: 5 horas (más 24 horas de maceración)

 

Ingredientes:

  • 1,5 kg de rabo de toro en trozos
  • 200 gr de beicon
  • 2 cebollas grandes
  • 3 cucharadas de harina
  • 2 cucharadas de aceite
  • 1 rama de perejil
  • 1 litro de vino tinto
  • sal
  • pimienta
  • nuez moscada
  • 1/2 kilo de chalotas
  • mantequilla
  • 2 cucharadas de azúcar
  • 300 gr de calabaza con piel (en sólo una pieza)
  • 3 patatas medianas
  • 1 remolacha pequeña

 

Salpimenta los trozos de carne, enharínalos márcalos en una cacerola grande con un poco de aceite. Sácalos. En el mismo recipiente, fríe los dados de beicon y a los 4 minutos, las cebollas picadas. Rehógalos juntos 10 minutos. Incorpora el rabo de toro, mezcla los ingredientes y agrega la nuez moscada, sal, pimienta, el perejil y el vino.  Cocínalo todo diez minutos y deja que se enfríe, tápalo y mételo en la nevera 24 hopras (remuévelo de vez en cuando).

Pasado ese tiempo, cubre la carne con agua y hazla a fuego lento: verás que, a las 4 horas, empieza a despegarse del hueso, señal de que está en su punto. Deja que se temple, desmígala y mézclala con un poco de mantequilla.

Envuelve la calabaza en papel de aluminio y hornéala a 180ºC hasta que se ablande. Pela las chalotas, ponlas en un cazo, cúbrelas con agua y cocínalas unos 30 minutos con sal, pimienta, el azúcar y la mantequilla. Y prepara un puré con las patatas cocidas (machácalas con un tenedor), mantequilla, el azúcar, sal y pimienta.

Utiliza un aro de emplatar para montar el milhojas (si lo prefieres, puedes presentarlo en raciones individuales): primero , una base de patata, después una capa de calabaza, encima la carne; y, en la parte superior, más calabaza. Remata con la remolacha en dados muy pequeños y sirve el milhojas con las chalotas como guarnición (asegúrate de quitarles el líquido).

Guiso de rabo de ternera con garbanzos

Foto: elle.es

 

Hace frío sí, pero ya se sabe que al mal tiempo, buena cara. O buenos guisos, que es ahora cuando mejor disfrutamos de un buen puchero, una olla reposada o carne cocinada durante horas. Esta semana os proponemos una fácil receta de rabo de ternera con garbanzos. Deliciosa, y económica, que tampoco viene mal.

Garbanzos, cebolla, ajo, zanahoria, un poquito de coñac y rabo de ternera, claro está. Esta es la propuesta que la revista Elle nos ofrece, variedades hay tantas como ingredientes tengas a mano. Porque ese es otro de los puntos fuertes de los guisos: admiten casi de todo.