¿Olla de cocción lenta? Estrénala con una receta de ossobuco guisado

Foto y receta: Directo al paladar

¿Olla de cocción lenta o crockpot? ¿Te suena a chino? Marina Ribas te explica ventajas e inconvenientes de cocinar con este tipo de electrodomésticos. Personalmente no lo he utilizado, pero cualquier cosa que ayude a que cocinemos más y mejor, ¡bienvenida sea! Y si te lo planteas con recetas como este ossobuco guisado en olla de cocción lenta, ¿qué más se puede pedir? Seguro que te estrenas (bueno, y yo también) con nota.

El principal beneficio de la olla de cocción lenta o crockpot es que, al cocinar despacito, se conservan los jugos y nutrientes de los alimentos. Además, aunque es un aparato eléctrico, no consume mucha energía. En los hogares anglosajones es tan imprescindible como el microondas, pero aquí no nos acabamos de lanzar. Quizás porque seguimos cocinando con la olla de toda la vida durante horas, aunque es algo cada vez más difícil con el ritmo de vida urbano.

Peeeeeero… llegó 2020, el COVID y todo el rollo que conocemos y en el que no voy a entrar y ¡boom! Se paró el ritmo y cocinar en casa se ha convertido en una obligación. Y un placer. Pasamos tiempo y comemos en casa más habitualmente que nunca, así que ha desaparecido la excusa de no guisar por andar por ahí. ¿Qué, no es el momento de hacer un ossobuco guisado en olla de cocción lenta? Yo me animaría. Y si no tienes crockpot, sigue la receta en una olla normal. Te sorprenderá ver cómo la carne se cocina prácticamente sola.

Ya nos contarás. Y, por si acaso te animas mucho, aprovechamos para dejarte alguna receta más de carne guisada.

Cocinar a baja temperatura

Foto: David Gussoni

¿Por qué es tan interesante cocinar a baja temperatura? En mi opinión, principalmente, porque me gusta variar las recetas. Quien se queje de comer siempre lo mismo, es que no ha pasado por aquí, ¡y nosotros sólo hablamos de carne de ternera! Pero, empecemos por el principio, ¿qué es eso de la cocción lenta? Es preparar la carne con una cocción suave y homogénea a menos de 80 grados. ¿Qué ofrece esta técnica?

  • La posibilidad de convertir piezas grandes en auténtica mantequilla al derretir el colágeno muy despacito.
  • La cocción es muy homogéneo.
  • Además, la carne está muy jugosa porque conserva todos sus jugos. Prácticamente, no pierde agua.
  • Al no sobrepasar una temperatura elevada, no se destruyen las sales minerales y vitaminas.
  • Salubridad, ya que a partir de 60ºC desaparecen las bacterias, microbios y demás
  • ¡Ah! Y no pasa nada si lo preparas para comer y el vermut se alarga un poco ya que 15 minutos más de cocción pasan prácticamente inadvertidos. Y sólo manchas el horno.

Estofado de ternera al vino tinto en Crock Pot

Foto: directoalpaladar.com

 

Esta claro que el ritmo de vida ha cambiado y, o lo asumimos… o lo asumimos, porque ya hay poca vuelta atrás. Pero eso no implica que debamos desprendernos de cosas que, con muy poquito, nos hacen sentir muy bien. Por ejemplo, ¿sienta igual llegar a casa después de uno de estos días frescos de otoño y cenar una sopa calentita, una carne de ternera al vino tinto o un sandwich? No, claro que no, por eso tenemos que buscarnos la vida para conseguir lo máximo con el mínimo tiempo posible en la cocina. Y ahí, la crock pot es de gran ayuda.

¿Qué es eso de crock pot? Una olla de cocción lenta que funciona con energía eléctrica para cocinar los alimentos que se colocan en su interior con una temperatura que sube de forma gradual hasta alcanzar un máximo de 100ºC. Es perfecta por tanto para guisar carne, hacer caldos y legumbres durante horas, y conseguir así el sabor que daban los antiguos pucheros.

Os proponemos estrenar este aparato con una receta de directoalpaladar.com: carne de ternera al vino tinto, un plato delicioso y cocinado sin aceite gracias a esta técnica de cocción.

Todos aquellos que tengáis la suerte de comer en casa (y en Segovia somos muchos) podéis preparar una cena muy completa programando la crock pot a la hora de comer. El resto… seguro que ya existe algún modelo programable con antelación. Que ya decimos que el cambio llega rápido…

Continente y contenido en el guiso

Foto: David Gussoni

Para hacer un buen guiso, lo primero, primerísimo del todo es saber qué quieres hacer, preguntar después a tu carnicero de confianza qué pieza, de las que tiene, le va mejor, buscar el resto de ingredientes y un buen recipiente. Contenido y continente. Y como de lo primero solemos hablar un poco más, vamos hoy a centrarnos en lo segundo respecto a un guiso. Ya hablaremos de hornos y de sartenes otro día. Recipientes ¿en qué nos tenemos que fijar y por qué?

  • Material. Tiene una importancia crucial. Al preparar un guiso o cocido, es el agua, al calentarse, el que cocina la carne. Por eso es imprescindible que el material de la olla o cazuela reparta el calor por igual para que todo el líquido alcance la misma temperatura. Si cocinas en un recipiente de hierro, las llamas sólo calentarán el fondo del mismo por lo que, o no paras de dar vueltas al contenido, o se harán primero los trozos más cercanos al fondo. Sin embargo, el hierro fundido transmite muy bien el calor, consiguiendo una cocción homogénea.
  • Tamaño. Sí, sí que importa. Y todo depende de la cantidad de carne que quieras cocinar porque, al diluir su sabor en el agua, si hay mucha cantidad, se perderá en la mezcla. Sin embargo, si no hay mucho líquido, éste se saturará antes de que la carne pierda todo el gusto. Si quieres que quede un caldo sabroso, es mejor estar pendiente y añadir agua si es necesario, que bañarlo en un recipiente enorme.

Trucos para preparar una barbacoa increíble

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Calidad.

Si la barbacoa huele a verano, en esta nueva rutina que nos traemos entre manos huele a buen plan. Planazo, mejor dicho. ¿Cómo puedes conseguir que sea la tuya la que destaque? El secreto, como casi siempre, es ponerle un poco de cariño, elegir buena compañía y prestar un poco de atención a los detalles. A ver qué te parecen estos:

  1. No sé si el tamaño importa. La calidad, desde luego, sí. Las protagonistas absolutas de tu menú son las brasas y lo que pongas encima, así que asegúrate de que sea bueno, muy. muy, muy bueno.
  2. También es importante contar con las herramientas adecuadas. ¿Barbacoa o parrilla? La diferencia está en la tapa. Si puede cerrarse, es barbacoa. De no ser así, es parrilla. Las dos opciones son estupendas, pero la barbacoa es más versátil porque, gracias a la tapa puede convertirse en horno de brasa y también es posible ahumar los alimentos para conseguir un toque diferente.
  3. Importante: barbacoa o parrilla, lo que quieras, pero limpia. Lo ideal es encender un buen fuego antes para eliminar todos los restos anteriores. Después puedes limpiarlo con un trapo mojado y listo. Si vas a cocinar carne y pescado, por ejemplo, es importante que pases de nuevo el trapo para eliminar mezclas de sabores.
  4. ¡Más madera! Leña o carbón vegetal, pero que sea de calidad para que asegure potencia calorífica.
  5. Truco nivel sibarita premium: Es interesante preparar dos zonas de temperatura en la barbacoa para tener flexibilidad a la hora de cocinar, puesto que así dispones de un área para una cocción más suave y lenta o un lugar seguro por si se avivan las llamas.
  6. Paciencia, la madre de la ciencia. Antes y después. Primero, atempera, esto sí que es clave. Y espera un poquito después, para no quemarte y para dejar que los jugos se repartan bien.
  7. No nos cansamos de decir que el punto de la carne perfecto es el que te guste a ti, ni más ni menos. Pero, por si quieres probarlo, te dejamos un truco que suele funcionar: espera tantos minutos como centímetros de grosor tenga la pieza. Si mide tres centímetros de ancho, tres minutos vuelta y vuelta por cada lado. Ya nos contarás.
  8. La salsa es un buen acompañamiento en el plato, pero también puedes pintar la carne con diversos preparados para que se terminen de caramelizar en la parrilla. Puedes comprarla o hacerla tú mismo (eso siempre será más sano). Investiga hasta probar con la opción que más te guste a ti. Aprovecha que puedes jugar con trozos pequeños de carne
  9. ¿Qué pieza comprar? Solomillo, lomo, churrasco… la opción es muy, muy variada, echa un vistazo a nuestro despiece, que seguro que te da alguna buena idea. Y cotillea las recetas también, que puedes marinar la carne y hacerla en pinchos, hamburguesas , sandwiches o bocadillos. En muchas ocasiones, en la variedad está el gusto.

Seguro que nos hemos dejado algo, ¿que añadirías tú?

Callos con garbanzos

Que sí, que nos encanta hablar de Home Cooking y de cocinar para calentar el alma, que todos nos ponemos muy místicos pero, si de verdad queremos entrar en calor, nada supera a un buen guiso de callos con garbanzos. Eso es así, aquí y en Pekín. Que somos de Segovia, sabemos de lo que hablamos. Por eso no podía ser otra la receta del mes de febrero, el más corto del año, siempre, pero el que se hace más largo…

Ingredientes:

  • Estómago y pata de ternera
  • 1 kg garbanzos
  • 1 cabeza de ajos
  • 1 cebolla grande
  • 2 limones
  • 2 chorizos
  • 1 cucharadita de pimentón dulce
  • Sal (al gusto)

Al lío:

Para empezar, visita a tu carnicero de confianza para que te de unos callos y pata de ternera bien troceados. Ponlo en remojo el día anterior con el zumo las pieles de los limones. Y en otro cuento, haz lo propio con los garbanzos (sin limón) para que vuelvan a hidratarse.

Limpia con cuidado los callos y ponlos a cocer en agua fría durante unos cinco minutos. Tira ese agua y cúbrelo con agua limpia. Añade ahora la cebolla y los dientes de ajo troceados, el pimentón dulce (y un poco de picante, que eso sí que templa) y un punto de sal. Cuécelo todo durante unos 50 minutos.

Abre la olla enfriándola con agua fría, y añade los garbanzos. Ahora hay que cocerlo durante una hora y media o dos horas, comprobando que los garbanzos se quedan jugosos pero firmes. Añade el chorizo y lo cueces otra media hora, comprobando que se queda a tu gusto. De no ser así, aumenta o reduce el punto de cocción. ¡Ah! Y si quieres hacerlo un pelín más ligero, cuece el chorizo en otra cazuela, y cuando haya expulsado toda la grasa, añádelo al guiso de callos.

No sé tú, pero ahora mismo tengo un antojo… que pienso repetir mensualmente preparando nuestra #recetadelmes. Y si necesitas tenerlo bien presente en tu cocina, puedes descargar nuestro calendario, ¡una maravilla!

Costillas de ternera guisada con setas

Foto: El Comidista

 

Quizás estemos un poco pesaditos con que el otoño ya está aquí, que si a ver si llueve ya o si empezamos a ver alfombras de hojas de colores… pues sí, tenéis razón pero, a 2 de octubre, ¿qué queréis? Nosotros ir a por setas, para darnos un paseo con el aire fresco de la sierra y, además, tener una buena excusa para preparar unas deliciosas costillas de ternera guisadas con setas siguiendo los pasos que nos marca El Comidista.

Esta receta muy complicada no es, pero sí que conlleva una larga elaboración ya que el secreto para que la carne se deshaga en la boca es someterla a una lenta cocción. De momento no hay previsiones de lluvia, así que podemos ir soñando el fin de semana que vamos a hacerlo para que, en cuanto llegue, las ansias no nos dejen posponer el plan.