Qué seguimos aprendiendo esta cuarentena

Una semana más, ya van tres. Y las que sean necesarias si así conseguimos volver todos juntos. Una vez dicho esto, que creo que poco más hay que añadir a esta situación, seguimos con los ojos y las orejas bien abiertos para buscar esos detalles que van a permitir que salgamos de esta con la cabeza, más o menos, en su sitio. Seguimos reflexionando en cuarentena.

Mientras tanto, ya sabes, trabajamos para hacer posible que la carne de ternera no falte en tu mesa. La cadena alimentaria española es fuerte, y lo está demostrando ahora garantizando el suministro. En esas estamos. Además, también queremos poner algo de nuestra parte para hacer de nuestra casa, nuestro castillo. Se nos ocurren algunas ideas más, estaremos encantados (es más, necesitamos) escuchar las tuyas.

  1. Llama, llama, llama. Seguramente sea Zoom, antes desconocida, la app que más usemos estos días. Tiramos también de teléfono (que la abuela no usa el móvil), sms, whatsapp (escrito y con notas de voz), correo electrónico… lo que sea, pero me gusta esa sensación de saber que, aunque no les abraces, están ahí. Y sí, ahí están.
  2. Hacer de todo. Aquí el «mira que lo decía mi madre» cobra todo su sentido. No hay más que echar un vistazo a instagram para comprobar que muchos españoles esconden panaderos, carpinteros, costureros y maestros. Eso que ganan, de verdad.
  3. Date un capricho. Hoy es sábado y toca vermú. Mañana domingo y me voy a echar una siesta larga. He comprado un vino rico voy a disfrutar una copa. Bueno, miento, ya serán dos. He buscado una receta de ternera nueva, especial, y caerá seguro. ¡Ah! Y para merendar tengo galletas de avena, por eso de pensar que son sanas.
  4. Ponte tierno. Tienes la excusa, ya negaremos todo después, como buenos segovianos.
  5. Limpia. Por regla general, nuestras casas no han estado más ordenadas jamás. Ahora, un paso más: vamos a ponernos profesionales y a auditar nuestras cosas. Sí, sí, has leído bien: si me flipo, a lo grande. Estos días sabemos que el lujo es el espacio, y puede conseguirse en pisos de 40 metros. ¿Cómo? Eligiendo bien lo que tienes dentro. Mi máxima va a ser poco y bueno.
  6. Insistimos, come bien. Ale, ya estamos, tardaba en caer. Te dejamos algunas ideas, recetas y algún que otro consejo para ir a la compra. Poco más que añadir.
  7. Estudien, por favor. Este mensaje se dirige a los más jóvenes, aunque podemos seguirlo todos: estudien, por favor. Hemos aprendido que no somos invencibles, que no se nos olvide. Saldremos de esta, aunque nadie sepa cómo, pero seguramente vengan otras, y tenemos que estar preparados. Necesitamos científicos, buenos analistas, inversores que sepan valorarlo y líderes que sepan dirigirlo.
  8. Cultura. La RAE lo define como el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. Cultura somos todos, en fin. ¿Qué vamos a apartar? Lo has adivinado, nosotros nos decantamos por la gastronomía, porque comemos al menos tres veces al día y cómo y con quién lo hacemos, dice mucho. Mucho.

Cuídense todos. Salud, comida y amor.

Seguimos aprendiendo

Quince días en casa y, de momento, buscando cómo afrontar otras dos semanas más. Pasemos a la acción, hemos decidido entender nuestra casa como nuestro refugio, no es una prisión. Queremos abrir bien los ojos y las orejas para estar atentos a todo lo que esta situación nos está obligando a vivir. El resto del tiempo, seguimos trabajando para que no falte carne de ternera en la mesa de nadie así que, como veis, no nos vamos a aburrir. Mañana, ya veremos

Como tampoco somos tan sabios, hemos recopilado algunas reflexiones por aquí. Seguro que faltan evidencias que no hemos visto, ¿nos ayudas? Pues empezamos, y si…

  1. Entendemos que juntos somos más. Quiero pensar que la conciencia social adquirida estos quince días no se nos va a olvidar dos semanas después del día 1 del resto de nuestra vida. No pueden dejar de escucharse los aplausos a los colectivos públicos que nos cuidan y velan por nuestra seguridad, así como a los que nos alimentan. Pero espero que no se queden en los balcones, si no que se traduzcan en iniciativas, respeto y elecciones.
  2. Busco información. Imprescindible para mantener la cabeza, y el corazón frío. Los datos son estremecedores, terribles, pero hay muchas y diferentes formas de contarlos y contextualizados. El sensacionalismo, como siempre, no ayuda nada.
  3. Doy a las Marías su importancia… Literatura, música, plástica y educación física. Si no tenías libros, discos y hábitos deportivos en casa, internet se ha llenado de profesionales dispuestos a compartir su arte. Sí, eso que antes nos parecía superficial, aporta ahora un poco de color a cada día. Y a nuestra salud física y mental.
  4. Escucho la naturaleza. Abre la ventana. De nada.
  5. Limpio. Con lejía, con cuidado, con jabón y con mimo. Seguro que nunca te has lavado tanto las manos. Bien, es la principal medida de protección. Pero voy a intentar limpiar también todo lo que sobra, que seguro que es más (y más inesperado) de lo que creo. Algunas de las prioridades de hace quince días hoy nos suenan a chiste. Y, sobre todo, poco a poco me voy dando cuenta de que voces, realmente, quiero escuchar.
  6. Insistimos, a comer bien. No nos cansaremos de repetirlo, que para eso estamos: compra local y de temporada, planifica tu menú y tu compra, y prioriza los alimentos sanos y ricos buscando nuevas recetas que hagan que te apetezca cocinar. Es posible, de verdad.
  7. Aprendo. Sin presión, no voy a añadir más agobios a una situación ya de por si estresante. ¿Cómo lo ves? Seguro que si busca por ahí encuentras una afición que va hacer que salgas un poco de esta espiral. Dibujo, escritura, deporte, diseño o cocina, yo qué sé. Hay muchas plataformas que te ofrecen esa oportunidad.
  8. Aporta o aparta. Sin más, si no traes soluciones o alegría…hasta luego.