Arroz con chuletón

Foto y receta: La cocina es vida

Madre mías, esta foto sí que hace honor al famoso dicho de la imagen y las mil palabras, ¿verdad? No sé a ti, pero a mi se me hace la boca agua al ver dos de mis comidas favoritas juntas. La idea de hacer el arroz con chuletón es del chef Dani García y lo comparte el blog de La cocina es vida (gracias, gracias, gracias). Según nos explican el secreto está, como casi siempre, en usar ingredientes de calidad (aquí sabes dónde encontrarlos). Y en respetar dos pasos muy importantes:

  • Untar el arroz con la grasa que suelta el chuletón.
  • Esforzarse en el ahumado con un poco de romero.

Con esto, y un poco de labia, creo que este domingo dejaremos impresionado al más foodie de nuestros amigos, ¿verdad?

Chuletón de vaca asado

Imagen: Ambigú

 

No hay carnívoro que se resista a esta imagen… el chuletón de vaca es una de las piezas más valoradas, y no es para menos. Su sabor y calidad alcanza cotas bien altas si se cocinan como es debido. Y como para gustos, los colores, os dejamos esta forma diferente de hacer un chuletón que propone Ambigú. Porque, como bien dicen, no todos tenemos una buena brasa en casa, y no por eso vamos a dejar de preparar un buen chuletón cualquier día, ¿verdad?

Probadlo y nos contáis qué tal os ha quedado, ¿de acuerdo?

El secreto de tu barbacoa

Un buen chuletón es un buen chuletón. Aquí y en Pekín. Pero siempre sabe más rico si es a la barbacoa. ¿Por qué? ¿Será por cocinar al aire libre o por el ritual? ¿Cuál es el secreto de la barbacoa, la forma de cocinar más ancestral y que, seguramente, sea la que menos ha evolucionado? Ni idea, pero nuestra intuición (y práctica) nos lleva por estas pistas:

  • Está claro, sin calor, no cocinamos. Podemos obtenerlo de múltiples formas, pero no todos permanecen ni consiguen la misma intensidad (¿verdad, microondas?). Una buena barbacoa de gas produce un calor rápido y potente, pero que no permanece ni se expande de la misma forma que una barbacoa de carbón, ese mago que permite que la carne se cocine y dore despacito. Utiliza leña de encina para que el efecto sea aún mayor. Y añade sarmientos o hierbas aromáticas para potenciar el sabor.
  • Si puedes regular la altura de la parrilla podrás jugar con la intensidad de calor que necesitan tus piezas en función de su grosor. Si no puedes hacerlo, también puede ser interesante repartir las brasas y duplicar su cantidad en cada una de las mitades de la barbacoa. Esto te permitirá preparar carne y verduras a la vez, por ejemplo, y jugar con el calor para cocinar a dos tiempos. Puedes poner la carne primero sobre el lado más fuerte para dorarla bien por ambos lados en uno o dos minutos, y después asarla uniformemente en la zona menos caliente. Muchas posibilidades, una única regla: que el alimento no toque las llamas.
  • Al hilo de este último comentario, no te olvides de aprovechar el calor de las brasas al máximo y preparar patatas, chorizo o morcilla envolviéndolos en papel de aluminio y cubriéndolo con el carbón.

¿Hemos desvelado el secreto de la barbacoa? No lo sé pero, por si acaso, seguiremos investigando. Todo sea por vosotros, jeje.

Corte y tamaño para cada cocción

Foto: David Gussoni

Si nos conocéis un poco, hartos tenéis que estar de que os recordemos el truco del cm/minutos para hacer la carne en su punto. Ya sabéis, tantos minutos en la plancha (bien caliente) por cada lado como cm tiene la pieza. Es mucho más importante utilizar este baremo que el peso de la pieza, ya que es el grosor el que determina la velocidad con la que el calor penetra en la pieza. Muy bien, queda claro que el tamaño (a lo ancho) importa. ¿Qué hacemos? Adaptar el corte y tamaño de la pieza a cada cocción.

Corta fino para:

  • Escalope: tiene que hacerse rápido y de forma homogénea, cocinándose pero sin que se seque el exterior, así que una vuelta y vuelta rápida hará que quede perfecto.
  • Wok: rápido no, ¡rapidísimo! El secreto para que quede perfecto es cortar la carne casi en lonchas y saltearlo muy rápido.

Corta grueso para:

  • Entrecot. Tiene que dorarse bien pero que quede poco hecha en el centro para potenciar así el sabor.
  • Chuletón, solomillo. Grueso, grueso, de 3 a 5 cm para dejarlo poco hecho, prácticamente crudo en el centro y dorado en el exterior. Si te pasas se seca.
  • Carrilleras, rabo, ragú. Si quieres que la carne se guise despacito y mantenga su terneza, mejor usar cortes anchos que aguanten bien la cocción. También para el morcillo y las piezas que uses para hacer cocido.

¡Ah! Un último consejo: no nos hagas ni caso, si no quieres. Echa un vistazo, escucha, lee, aprende y, por supuesto, prueba. Porque el corte perfecto es el que te guste a ti. Ni más, ni menos.

¿Qué aceite usar con carne?

Cuando has comprado un chuletón espectacular, cualquier detalle suma. Has visitado a tu carnicero de confianza, te has esforzado al preparar las brasas y te has preocupado por encontrar el punto de sal que más te gusta, ¿verdad? Pues te ponemos una tareilla más: cuida el aceite que usas. La superficie de la carne no es completamente lisa, si te fijas, puedes ver multitud de surcos y relieves que tienen que cocinarse del mismo modo. Ahí es donde entra en juego el aceite, que cubre todo el conjunto.

Además, el uso del aceite aumenta las reacciones de Maillard y aporta mucho más sabor a la carne durante la cocción. ¿Resultado? Carne más rica y dorada, que también comemos por los ojos.

Ahora bien, ¿qué aceite usamos? No todos son iguales, unos se queman con mayor rapidez que otros y algunos aportan sabor pero, sobre todo, hay que tener mucho cuidado con el punto de humeo porque, una vez que se queme, ya no hay nada que hacer.

Y puestos a probar, puedes experimentar con grasas o mantecas animales, seguro que aportan sabores muy nuevos. Gustarán o no, pero prueba, que es la única forma de averiguarlo. Ya sabes, a veces abogamos por no ser tan puristas, jeje.

Los mejores cortes de ternera para hacer a la parrilla

El año pasado os felicitamos la Navidad con un premonitorio deseo: para, respira y disfruta de lo que tienes alrededor, decíamos. Va a ser cierto que tienes que tener mucho cuidado con lo que deseas, no vaya a ser que se cumpla. ¡Y nunca quisimos parar así!

Después, comenzamos el año anunciando que 2020 iba a ser el año del producto de verdad. Este año nos vamos a quedar calladitos y simplemente os vamos a desear unas felices fiestas. Pero ahora quiero recuperar estos deseos puesto que parece que este verano va a ser el de los placeres tranquilos, el de los veranos de la infancia, esos largos días en los que el frescor de la mañana, el silencio de la siesta y los grillos por la noche marcaban el ritmo de la vida. Esos días sin reloj en los que las comidas las dicta el hambre. Y como va a ser lo más importante que hagamos, ¡tenemos que hacerlo bien!

La barbacoa o parrilla (ya hablamos de trucos y de que no es lo mismo) va a ser el plan por excelencia de este verano anormal, así que vamos a darle un poquito de variedad al asunto para que cada reunión sea como tiene que ser, irrepetible.

Para nosotros, no puede ser de otra forma, la carne de vacuno es la protagonista indiscutible de una celebración. En cualquiera de sus formas. Nos gustan los chuletones casi crudos y con poco acompañamiento, el lomo de vaca vieja y de buey y las hamburguesas, pero también cortes menos utilizados, y quizás más económicos, que también están muy, muy buenos. Ya sabes, a probar hasta decidir con qué nos quedamos.

Los argentinos que, de otra cosa no, pero de tango, fútbol y carne saben un rato (viva el topicazo) disfrutan de los siguientes cortes:

  • Tira de asado (el churrasco gallego). Si echas un vistazo a nuestro despiece, verás que se corresponde con el costillar, pero se presenta cortado de forma perpendicular a las costillas, formando tiras que tienen dentro unos cinco o seis huesos. Es una pieza considerada de menos calidad, por lo que es más barata, pero la presencia del hueso y la grasa le dan muy buen sabor al hacerlo a la parrilla. Aquí se cortan tiras de un centímetro de grosor, mientras que en Argentina puede llegar a los ocho. Es perfecta para servirse con salsa chimichurri. ¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo, enfrentas los huesos a las brasas y vuelta y vuelta.
  • Picanha. Corte muy popular en Brasil y cada día más en España, donde lo llamamos tapilla. En Argentina se le denomina tapa de cuadril. Al ser un corte triangular cubierto por una capa de grasa, se recomienda asar la pieza entera y después ir fileteando al gusto de los comensales. Si el cocinero tiene maña, Este tipo de corte de la carne consigue los tres tipos de punto en la misma pieza: muy hecho, hecho y poco hecho.
  • Entraña. Yo diría que, junto con el churrasco, es el corte argentino más conocido y que ya puedes pedir sin problema en muchas carnicerías españolas. La entraña es el diafragma del animal. Para que nos entendamos, es la parte que se contrae cuando tenemos hipo. Aunque no lo parezca, es un tejido blando, auqnue la carne donde se agarra es dura porque está compuesta de tendones. Esta es la entraña gruesa, conviene diferenciarlas a la hora de cocinarlas, puesto que la gruesa, al ser más dura, tiene que hacerse durante más tiempo o sumergirse en alguna salsa. Ambas pueden hacerse a la plancha o a la parrilla.
  • Vacío. Otro corte argentino que también proviene de la falda. Está entre las costillas y los huecos de la cadera. Es una carne un poco más dura, pero está rodeada de dos capas de grasa que le dan un exquisito sabor en la parrilla. Cortado en porciones finas, es delicioso.
  • Palomita de paleta. En España se conoce como llana. Es un corte pequeño localizado entre las espaldilla, el brazuelo y el pez. Tiene forma rectangular y se cocina directamente sobre las brasas.
  • T-bone. Y terminamos con dos cortes bastante espectaculares, ambos norteamericanos. El T-Bone se llama así por la forma de T que dibuja el hueso al cortarse de forma transversal a las costillas. Por un lado se queda el entrecot y por el otro el solomillo. Después de esto, ¿qué más tenemos que explicar?
  • Y terminamos con el que,seguramente, sea el más espectacular: El Tomahawk. Simplemente es una chuleta de ternera a la que no hemos quitado el hueso de la costilla, manteniendo así una forma de hacha. Los indios americanos se defendían de los vaqueros con hachas, de ahí la denominación.

¿Qué te parece? ¿Te pica la curiosidad? Echa un vistazo al despiece que tenemos en nuestra web, que seguro que te da buenas ideas. ¡Ah! Y, por si no te queda claro, aquí puedes comprarlo.

Trucos para preparar una barbacoa increíble

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Calidad.

Si la barbacoa huele a verano, en esta nueva rutina que nos traemos entre manos huele a buen plan. Planazo, mejor dicho. ¿Cómo puedes conseguir que sea la tuya la que destaque? El secreto, como casi siempre, es ponerle un poco de cariño, elegir buena compañía y prestar un poco de atención a los detalles. A ver qué te parecen estos:

  1. No sé si el tamaño importa. La calidad, desde luego, sí. Las protagonistas absolutas de tu menú son las brasas y lo que pongas encima, así que asegúrate de que sea bueno, muy. muy, muy bueno.
  2. También es importante contar con las herramientas adecuadas. ¿Barbacoa o parrilla? La diferencia está en la tapa. Si puede cerrarse, es barbacoa. De no ser así, es parrilla. Las dos opciones son estupendas, pero la barbacoa es más versátil porque, gracias a la tapa puede convertirse en horno de brasa y también es posible ahumar los alimentos para conseguir un toque diferente.
  3. Importante: barbacoa o parrilla, lo que quieras, pero limpia. Lo ideal es encender un buen fuego antes para eliminar todos los restos anteriores. Después puedes limpiarlo con un trapo mojado y listo. Si vas a cocinar carne y pescado, por ejemplo, es importante que pases de nuevo el trapo para eliminar mezclas de sabores.
  4. ¡Más madera! Leña o carbón vegetal, pero que sea de calidad para que asegure potencia calorífica.
  5. Truco nivel sibarita premium: Es interesante preparar dos zonas de temperatura en la barbacoa para tener flexibilidad a la hora de cocinar, puesto que así dispones de un área para una cocción más suave y lenta o un lugar seguro por si se avivan las llamas.
  6. Paciencia, la madre de la ciencia. Antes y después. Primero, atempera, esto sí que es clave. Y espera un poquito después, para no quemarte y para dejar que los jugos se repartan bien.
  7. No nos cansamos de decir que el punto de la carne perfecto es el que te guste a ti, ni más ni menos. Pero, por si quieres probarlo, te dejamos un truco que suele funcionar: espera tantos minutos como centímetros de grosor tenga la pieza. Si mide tres centímetros de ancho, tres minutos vuelta y vuelta por cada lado. Ya nos contarás.
  8. La salsa es un buen acompañamiento en el plato, pero también puedes pintar la carne con diversos preparados para que se terminen de caramelizar en la parrilla. Puedes comprarla o hacerla tú mismo (eso siempre será más sano). Investiga hasta probar con la opción que más te guste a ti. Aprovecha que puedes jugar con trozos pequeños de carne
  9. ¿Qué pieza comprar? Solomillo, lomo, churrasco… la opción es muy, muy variada, echa un vistazo a nuestro despiece, que seguro que te da alguna buena idea. Y cotillea las recetas también, que puedes marinar la carne y hacerla en pinchos, hamburguesas , sandwiches o bocadillos. En muchas ocasiones, en la variedad está el gusto.

Seguro que nos hemos dejado algo, ¿que añadirías tú?

Regalos para cocinillas

Foto: J. Kenji López (www.seriouseats.com)

 

Si a tu pareja o tu cuñado les gustan los fogones, estos regalos para cocinillas les van a encantar. Porque, como cualquier friki de la afición que sea, una vez metidos en harina, a un cocinero aficionado también le va a gustar ese detalle que le va a hacer sentir como el becario de Ferrán Adrià recién llegado a el Bulli. Y, seamos sinceros, si después va a cocinar para ti, quizás el regalado seas tú, como le pasaba al reloj de Cortázar.